salí con lluvia a la calle. en realidad era más granizo que lluvia propiamente dicha. llego a atocha, cambio al tren que va hacia aranjuez. bajaré en una de esas estaciones. aparece un chico rumano que pide dinero a cambio de pañuelos descartables. le respondo en rumano. le entiendo perfectamente y eso me da cierta alegría. no le compro pañuelos. le miento que no tengo dinero.
sigue el viaje. ya no llueve, pero el cielo se mantiene cubierto. está realmente gris. y esa tonalidad no me llena de tristeza, sino que me transporta a días de verano tan bien aprovechados. una piscina, un viaje al mar, una despedida momentánea guardada cuidadosamente entre mis más preciados recuerdos.
esa despedida; ¡qué hermosa! recuerdo cada beso que nos dimos y cada sonrisa tuya que me dedicaste. esa plaza esa noche de verano era nuestra. esa plaza fue nuestra; esa noche fue nuestra. no vino ningún fantasta a interrumpir el ritual del amor. esa noche, esa noche el universo estaba de nuestro lado.
vuelvo al tren, y sonrío; no puedo evitarlo. pensar en vos es sonreír. podría pensar: "ojalá que estuvieras ahora conmigo". pero no lo quiero así. nos queda toda la vida. y ahora, tu libertad y la mía nos llevan por el camino de lo que amamos, eso en lo que creemos. y en mi interior te envío un mensaje: "caminá, querido. caminá". porque hay que seguir andando el camino. porque amar significa libertad. porque tarde o temprano, los caminos de los que se aman, terminan cruzándose, otra vez.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario